viernes, 13 de junio de 2008

La Jornada ¿Instrumento del sistema?

Desde el 19 de septiembre de 1984 se publica en México el diario La Jornada, fundado por Carlos Payán Velver y actualmente dirigido por Carmen Lira Saade. Desde entonces hemos conocido a este diario como un importante foro de denuncia para un gobierno que no ha permitido expresiones diferentes a la "verdad oficial"; hemos sido testigos de primeras planas, fotografías y artículos que han provocado gran irritación de diversos sectores que tienen poder, tanto político como económico.

No es de extrañar que en el año 2001 ellos mismos se hayan definido como un periódico "para los más necesitados", aunque paradójicamente, en ese año la edición costaba 2 pesos mexicanos más cara que el promedio del resto de los periódicos, y durante diversos movimientos sociales en el país han sido el único medio impreso que le da voz a un sector que demanda diversos apoyos de determinados gobiernos. Gracias a este diario hemos sabido que ciertos sectores de la población mexicana también tienen algo qué decir, y nos enteramos de problemas, personas, lugares y situaciones que si no fuera por La Jornada, la mayoría de nosotros ni nos enteraríamos que existen en nuestro país.

Pero ¿acaso La Jornada ha sido un factor de cambio decisivo ante estos problemas? parece que no. Da la impresión de que predican en el desierto, publican noticias que no aparecen en ningún otro periódico, cierto, pero eso de ninguna manera asegura que sean verdad; sus defensores argumentarían que son noticias que sólo ellos se atreven a publicar, pero si así fuera, ya estaría relegado a periódico clandestino, o bien, se habría llevado a cabo una acción similar a la toma del periódico Excélsior en los años 70. Nada de eso ha pasado, y vemos a La Jornada en todos los puestos de periódicos, y hasta en Sanborns, que es una empresa perteneciente a un capitalista del tipo que La Jornada dice denunciar en sus abusos.

En su libro "México en la Frontera del Caos", Andrés Oppenheimer en 1996, expone que en México TODO el papel que se utiliza para imprimir los periódicos se le tiene que comprar al gobierno, y deja pensar que a quien publique cosas que no le agraden al poder, no se le surtirá el pedido y por lo mismo dejará de existir. Comenta también que a TODOS los periódicos de vez en cuando se les ordena que publiquen una primera plana determinada por parte del Gobierno Federal, y que todos lo hacen si mencionarlo, y aunque el periódico cobra esas primeras planas a través de una factura "por publicidad", el público lector no sabe todo esto, y la única diferencia en La Jornada era que esas primeras planas las publicaba en letras cursivas. Inclusive, Regino Díaz Redondo aceptó esta situación, y le aclaró al periodista argentino que siempre pedía un recibo de publicidad.

Así pues, me parece que como en todo sistema de gobierno, periódicos como La Jornada le sirven al grupo de poder para dar cauce a distintas presiones e inconformidades sociales, que de no expresarse cuando están en una etapa inicial, crecerían hasta convertirse en movimientos sociales de maor trascendencia, y que amenazarían de manera más importante el sistema establecido de cosas; al publicarse y permitirse que la gente se enoje y haga una marcha para reclamar una justicia que la verdad es que nunca se les dará, el grupo en el poder asegura que, como en una olla de presión, al aflojarle la válvula dicha presión se vuelve controlable y da tiempo para resanar esas grietas que amenazan con resquebrajar la estructura-paradigma que los mantiene en la cima del sistema.

Se puede asimismo hablar de cómo La Jornada ha tenido parte importante en la derrota de un candidato a presidente de la república en 1994, ya que éste, siendo de un partido de izquierda, únicamente tomaba la información que sobre él publicaba La Jornada como sagrada escritura, y a pesar de tener un equipo de asesores chileno, que en ese entonces tenían 3 años de haber ayudado a que la izquierda de su país accediera al poder, el candidato del sol azteca desestimaba la información que le presentaban donde decía que era el candidato del partido oficial quien iba a la cabeza en la intención de voto, es decir, La Jornada le ayudaba a autoengañarse, propósito que seguramente jamás tuvieron en mente los directivos de dicho periódico. Nadie sabe para quién trabaja.

Posdata:
Si alguien desea agregar información, puede hacerlo, citando en la medida de los posible las fuentes de donde se obtuvieron; bueno, eso si alguien lee esto, y si es así, tal vez haya personas que se disgusten de este punto de vista, y tendrán su propia versión; son bienvenidos sus comentarios, siempre y cuando sean dictados por la razón, la reflexión y alimentados por un deseo de compartir un nuevo conocimiento. Pero si ceden a sus impulsos y escriben guiados por el coraje, la indignación, o inclusive hasta alguien puede sentirse agredido; cada quién es responsable de lo que escribe, pero yo creo que entre los que escribimos y leemos opiniones, debe haber un respeto elemental como las personas civilizadas que aspiramos a ser.

Presentación

Este blog, el tercero que he creado, y, espero, el definitivo, se trata sobre ideas diferentes al penamiento del común de las personas. No son ideas necesariamente mejores, ni peores, lo que pretendo es despertar la curiosidad de quienes lleguen a leer algunas de las líneas que pretendo publicar.
Quizá me tarde un poco en actualizar contenidos, es porque no tiengo acceso a internet las 24 horas del día, y porque en realidad me dedico a otra cosa alejada del mundo de la informática.

Gracias a quienes lean esto.